Daniel Paul Tammet (31 de enero de 1979) es un joven británico considerado un genio por su facilidad en el desarrollo de cálculos complejos matemáticos así como para el aprendizaje de diversas lenguas. Nació el primero de nueve hermanos en una familia de clase media de Londres. En sus memorias, Nacido en un día Azul (Born on a Blue Day), habla de cómo la epilepsia, la sinestesia y el síndrome de Asperger le acompañaron durante toda su infancia.
La experiencia de combinar números con colores o sensaciones está bien documentada en los casos de sinestesia, pero la capacidad mental que ha demostrado Tammet y el grado de habilidad desarrollado en cuanto a las asociaciones que realiza es inusual. En su mente, cada número posee una única forma, color, textura y emoción. De forma intuitiva, Tammet puede "ver" los resultados de complejas operaciones matemáticas dentro de un paisaje que recrea su mente inconsciente sin esfuerzo, pudiendo distinguir de un solo vistazo, por ejemplo, si un número es primo o compuesto. Su particular forma de ver los números lo ha llevado a describir algunos de ellos como "especialmente feos" (caso del 289), o al 333 como "atractivo", o al número Pi, como "especialmente hermoso". Otros números como el 6, no parecen poseer una imagen clara. Tammet no solamente se ha limitado a describir verbalmente sus visiones matemáticas, sino que también ha sido capaz de realizar composiciones artísticas como una acuarela en la que plasma Pi.
Tammet obstenta el récord pi europeo en cuanto a la memorización y recitado de pi con 22.514 dígitos en algo más de cinco horas. Este desafío, organizado con fines benéficos se celebró con ayuda de la National Society for Epilepsy (NSE) durante el “Día de Pi" el 14 de marzo de 2004, en el Museo de Historia de la Ciencia de Oxford, en el Reino Unido.La NSE fue elegida como beneficiaria de este evento debido a la experiencia de Tammet con la epilepsia cuando fue niño. El profesor Allan Snyder, de la Universidad Nacional de Australia comentó sobre Tammet: "Los autistas, por lo general, no son capaces de describir cómo hacen lo que hacen. Simplemente, llegan a ello. Pero Daniel puede; él describe lo que ve en su cabeza, es por eso que resulta un caso tan fascinante. Él podría ser la nueva 'Piedra Rosetta'."
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