Según el relato del Génesis -la principal fuente de referencia sobre este personaje- Noé fue el único varón hallado justo de toda la generación contemporánea a él, puesto que los demás, influenciados por los hijos de los ángeles caídos (los Nefilim), estaban sumidos en el pecado y por su culpa la tierra "se hallaba llena de violencia". Dios, hastiado de la perversión humana, le dijo a Noé: "Voy a arrojar sobre la Tierra un diluvio [...] contigo haré yo mi alianza, construye un arca y mete en ella a tu familia y a una pareja de animales de cada especie". El diluvio comenzó el año 600 de la vida de Noé, y tuvo una duración de cuarenta días con sus noches respectivas, durante los cuales toda la Tierra llegó a estar bajo las aguas, destruyendo todo rastro de vida animal y humana, exceptuando a los animales que junto a Noé,
Aunque esta es el relato más conocido en Occidente, existen otras antiguas narraciones con historias de diluvios:
En la mitología mesopotámica, Gilgamesh, antiguo rey sumerio, se encuentra con Utnapishtim, una especie de Noé que sobrevive al diluvio.
Además relatos similares de un gran diluvio en las creencias de los antiguos Sumerios, Chinos y Babilonios. Como sucede con el relato de Gilgamesh, es posible que ambas historia narren un hecho común real.
Algunos de los exploradores más famosos de la historia han intentado encontrar el Arca perdida de Noé a lo largo de los siglos, en la cima del Monte Ararat, donde la leyenda dice que quedó varada, y en otros lugares. La mayor parte de los científicos han abandonado esa búsqueda y tratan de encontrar pruebas geológicas de la inundación. Mediante imágenes generadas por ordenador recreamos esta gran inundación de la antigüedad.
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